Acostumbrado años atrás a trasladarse en grandes y abundantes manadas que transitaban libremente por las desérticas llanuras del norte de África, El Addax o Antílope Blanco como también se le conoce, ha pasado a engrosar la nefasta lista de animales en extremo o crítico peligro de extinción, gracias de nuevo a la perjudicial actuación de los hombres, los cuales parecen empeñados en acabar con algunas especies animales que forman parte fundamental de los distintos sistemas naturales propios de nuestro lastimado planeta.
Ampliamente conocido por la majestuosidad de sus cuernos, los cuales crecen verticalmente anillados y fuertemente enroscados sobre ellos en forma de espiral tanto en las hembras como en los machos, y por las increíbles aptitudes desarrolladas para sobrevivir en condiciones extremas de altas temperaturas y ecosistemas desérticos casi inhabitables como el Desierto del Sahara, este hermoso animal perteneciente a la familia de los mamíferos artiodáctilos (Bovidae), es de hábitos alimenticios completamente herbívoros, el cual cuenta con la particularidad de poder pasar meses sin beber agua, consiguiendo sus requerimientos básicos líquidos de los brotes y raíces que consume en las noches o en los amaneceres, horas escogidas por El Addax para esta práctica, ya que el resto del día lo pasa completamente inmóvil o en descanso para no agotar sus reservas energéticas vitales.
Lamentablemente esta especie ha sido fuertemente diezmada en los últimos 10 años, llegando a ser exterminada completamente en las regiones árabes de Argelia, Egipto, Libia y Sudán donde se desarrolló una mortal costumbre de cazarlo para consumir su rica carne, relegándose a las regiones del noroeste del continente africano como Niger, Nigeria y Chad, donde con la llegada de numerosas empresas petroleras extranjeras, aumentó significativamente la caza furtiva del Addax, creándose una mal llamada modalidad de caza deportiva principalmente practicada por ejecutivos, trabajadores y personal de seguridad de estas empresas, los cuales ante la mirada complaciente de las autoridades locales, procedían a asesinar numerosos ejemplares de esta y otras especies simplemente por diversión, utilizando las cabezas de los mismos como mortales trofeos de la irracionalidad e ignorancia del hombre en detrimento de la naturaleza.
En la actualidad se estima que existan tan solo unos 200 animales de esta especie viviendo en estado salvaje, casi todos dentro de las zonas protegidas de la Reserva Natural de Termit & Tin Toumma en el este de Niger, aunque también se registran más de 100 ejemplares viviendo en cautiverio en zoológicos y áreas protegidas de otros países como Marruecos, donde inclusive se están ejecutando esperanzadores proyectos de reproducción o cría en cautiverio, con la intención de iniciar un proceso de reinserción del Addax en estado salvaje dentro de las instalaciones del Parque Nacional de Sus-Masa situado en la franja costera al sur de la ciudad de Agadir, mientras grupos de conservacionistas insisten en exigir a estos países un mayor control y supervisión para garantizar la protección de todas las especies en peligro de extinción, así como normativas legales más estrictas que eviten que personas inescrupulosas atenten contra estos indefensos animales.