Obligadas a migrar constantemente para huir de sus crueles cazadores, El Alca Gigante o Gran Pingüino como también era conocido, logró sobrevivir por cientos de años en las regiones pertenecientes al atlántico norte como Groenlandia, Islandia, Escandinavia e Islas Británicas, refugiándose en islotes remotos de difícil acceso para el hombre, aunque se ha establecido que ya para el año 1800, esta ave no voladora presentaba una completa extinción en el continente norteamericano y parte del europeo, logrando subsistir solo en la isla homónima de Islandia y en algunas pequeñas islas e islotes adyacentes.
Nombre científico: Pinguinus impennis
Nombre vulgar: Gran Pingüino
Clase: Aves
Orden: Charadriiformes
Familia: Alcidae
Considerado como el verdadero y único ancestro de las diversas especies de pingüinos que habitan nuestro planeta en la actualidad, El Alca Gigante era una magnifica nadadora, excelsa capacidad que le permitía trasladarse grandes distancias en busca de su principal alimento, el pescado, así como viajar a las distintas islas seleccionadas para iniciar sus hábitos de apareamiento y normal reproducción. Esta ave podía llegar a medir hasta 1 metro de altura y alcanzar los 5 kilogramos de peso, y al igual que la mayoría de los pingüinos actuales poseía patas palmeadas, un plumaje negro hermoso con su característico color blanco a la altura de pecho y vientre, pero con un pico más prominente, filoso y robusto que las especies actuales, el cual utilizaba perfectamente para capturar a sus presas en muchas ocasiones utilizándolo como arpón, por lo que fue llamada por los colonos escandinavos que la conocieron como “geirfugl” o “garefowl”, que significaba en esa lengua «ave lanza«.
¿Cómo se extinguió el Alca Gigante?, Esta especie fue cazada indiscriminadamente a lo largo de toda su existencia, desde su propio descubrimiento en el siglo XVI en los inmensos bloques de hielo al norte de Terranova, hasta mediados del siglo XVIII específicamente entre 1830 y 1852 cuando fueron avistados los últimos ejemplares vivos. Entre las principales causas de su exterminio está el factor humano, ya que tripulantes de las diferentes embarcaciones que transitaban por estos mares, acostumbraban a capturar y asesinar a un gran número de Alcas para aprovisionarse con su carne y recolectar sus huevos, los cuales gracias a su gran tamaño y contenido, representaban una gran fuente de energía a tripulaciones enteras, situación que empeoro en los últimos años de su existencia debido a que la rareza de su especie despertó la codicia de numerosos empresarios y coleccionistas de animales en Dinamarca, los cuales pagaban hasta 100 coronas por el cuero de este noble animal, del cual tan solo quedaron algunos restos disecados, así como fósiles, huesos y plumas en algunos museos animales del mundo.