Luego de ser declarada completamente extinta a comienzos de 1.883, año en que el último ejemplar conocido de Cuaga fallecía en las instalaciones del zoológico Artis Royal de Ámsterdam, mucho se ha comentado sobre el posible renacer de esta especie, gracias a un innovador método de clonación a partir del ADN conservado en perfecto estado por algunos importantes laboratorios del mundo desde su desaparición física, iniciando en 1987 el denominado “Proyecto Quagga”, implementado por especialistas genéticos de la prestigiosa Universidad de Ciudad del Cabo, el cual se inició en base a 9 ejemplares de Cebras comunes especialmente seleccionados del Parque Nacional Etosha de Namibia, con las cuales se han realizado algunos experimentos de cruce de razas y reproducción selectiva en Vrolijkheid, cerca de Robertson en Sudáfrica, mediante los cuales se busca el nacimiento de una nueva y novedosa especie de la familia equidae.
Nombre Científico: Equus quagga quagga
Nombre Vulgar: Cuaga
Clase: Mammalia
Orden: Perissodactyla
Familia: Equidae
La Cuaga, o Quagga como era conocida antiguamente en muchos países del continente africano, representaba un tipo de Cebra muy especial, con rayas negras características de la especie pero solo en su cuello, cara y espalda alta, presentando una parte trasera lisa de color marrón rojizo y patas completamente blancas, lo que cautivó en su momento a todos los que la conocieron. Acostumbrada a vivir tranquilamente en grandes manadas al sureste de Sudáfrica a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, este animal pastaba agradablemente sin ningún tipo de alteración importante de su hábitat natural, convertida en la especie más relevante y numerosa de la región.
Con la llegada de numerosos colonos provenientes de los Países Bajos y de algunos otros países europeos, empezó la completa tragedia de este animal, ya que los mismos empezaron a cazarlo por su abundante cantidad de carne y su llamativa piel, así como la necesidad de grandes extensiones de terreno para la crianza de ganado bovino y la implementación de sistemas de agricultura viables, sin que encontraran ningún ente ni gobierno que les detuviera, lo que produjo una drástica reducción de su población para 1830, pasando de más de 20.000 ejemplares a tan solo 1.500 en estado salvaje para el año 1850, resultando en su completa desaparición para el años 1865, siendo registrados solo algunos ejemplares en cautiverio en Londres, Berlín y Amsterdam.
La nueva Cuaga busca su consolidación absoluta
Tras ser reconocido como un éxito total, en la actualidad ya existen más de 50 ejemplares de la nueva subespecie viviendo libremente en las planicies sudafricanas, en las cuales se puede apreciar características propias de las Cuagas, pero con algunas otras particularidades, como un completo color grisáceo o blanco, rayas más extensas y un tamaño mucho más voluminoso que su antecesor, pero sin duda alguna podemos decir con propiedad que esta especie ha logrado renacer luego de más de 130 años extintas, convirtiéndose en bandera y esperanza para muchas otras que ven en la ciencia el aliado perfecto para su resurrección.