El guepardo, también conocido como chita, es un miembro de la familia de los felinos, siendo este el único representante del género Acinonyx.
El guepardo es el animal terrestre más veloz del planeta ya que posee una anatomía especializada para carreras cortas, de un máximo de 400 a 500 m, alcanzando una velocidad entre 95 y 115km/h. Si no alcanza a su presa en menos de 400 m abandona la persecución. Este felino pesa entre 40 y 65 kg. Dentro de la familia de los felinos, el guepardo posee el mayor corazón en proporción a su tamaño el cual le permite bombear la sangre con mayor fuerza. Su cola es larga y alcanza la mitad de su cuerpo y juega un papel muy importante en las persecuciones ya que le brinda estabilidad.
Su presa preferida es la gacela aunque también se alimenta de impalas y devora a las crías de otros mamíferos como la cebra. Es un buen cazador y en cada ocasión escoge la táctica más adecuada, dependiendo del terreno en el que se encuentren.
Este animal no ruge, a diferencia de otros felinos, en su lugar emite un ruido parecido al de las aves.
Los chitas son animales polígamos, en temporada de apareamiento las hembras de esta especie buscarán diferentes machos para que la fecunden. Estas pueden tener hasta cinco cachorros por camada después de un periodo de gestación de 3 meses. Al nacer las crías pesan unos 300 gramos y al llegar la noche la hembra traslada a sus cachorros poniéndolos a salvo de las hienas, leones, leopardos y otros felinos que no dudaran en ningún momento incluirlos en su dieta. Los cachorros no permanecen junto a su madre más de 4 semanas, a causa del frío y el hambre, sólo sobreviven durante este periodo tres cachorritos de un grupo de diez. La hembra dedica tiempo completo a sus crías, les enseña a cazar para que desarrollen su instinto como cazadores y a partir de los diez meses de edad suelen cazar algunas presas pequeñas. Al cumplir el año abandonan la camada.
En el antiguo Egipto lo consideraban una mascota y eran entrenados para cazar. Su piel era considerada antiguamente como un símbolo de estatus. Tienen una importancia económica creciente para el ecoturismo. Los agricultores lo han cazado porque piensan que estos se comen el ganado de su granja, sin conocer que ellos prefieren las presas salvajes.