El Leopardo de Amur también conocido Leopardo del Extremo Oriente, es una subespecie del leopardo tradicional, y actualmente uno de los animales más amenazados por la irresponsable conducta del hombre, por lo que ha sido declarado en estado crítico de posible extinción. Siendo el felino más amenazado que existe, se diferencia del resto de los leopardos por su pelaje más largo y tupido, característica atribuida a la perfecta adaptación que ha desarrollado para vivir en diferentes hábitats, tanto en zonas con climas extremadamente fríos, como en climas cálidos, gracias a su hermoso pelaje que se adapta a este cambio de temperaturas, alcanzando los machos adultos una longitud de 1,40 metros de largo, y los 50 kilogramos de peso aproximadamente, mientras que las hembras no superan los 40 kilogramos.
En la actualidad se han publicado reportes de que existen en libertad alrededor de 150 ejemplares, la mayoría de ellos en la reserva de Sijote-Alin de Siberia, aunque se han registrado algunos avistamientos de ejemplares en libertad en la zona que separa Corea del Norte y Corea del Sur, mientras existe otro gran número de ejemplares que viven en zoológicos de Europa y Estados Unidos, de los cuales se están implementando algunos novedosos proyectos para tratar de conseguir una reproducción controlada con el fin de preservar este animal.
El Leopardo de Amur no está exento a verse afectado por los constantes cambios ambientales presentados en los últimos años, sin embargo, el principal peligro que amenaza la subsistencia total de su especie es la caza furtiva, incentivada principalmente por la comercialización de su piel, la cual es de gran valor, al igual que sus huesos para la medicina tradicional china. Así mismo, los cazadores de leopardo no solo se conforman con cazarlos a ellos, sino que además también persiguen y cazan a los animales de presa de los cuales depende para su alimentación, provocando una considerable disminución del flujo alimenticio de su ecosistema, y haciendo que los leopardos se dispersen de sus poblaciones para buscar alimentos en otros hábitats.
A pesar de esta delicada situación, en los últimos años se ha registrado una leve recuperación del Leopardo de Amur, gracias al esfuerzo de algunos países europeos, y a la creación del Parque Nacional de Vida Silvestre en Rusia, siendo contabilizados en 2012 la cantidad de más de 80 ejemplares en estado silvestre, recibiendo en el año 2013 el premio Palmarés del Fondo Mundial para la Naturaleza, en el cual se reconoce a las especies en peligro de extinción que han aumentado su población.