El lince ibérico recibe como nombre científico Lynx pardinus, pertenece a la familia Felidae, orden carnívoro.
Este mamífero es endémico de la Península Ibérica, en la que existen dos poblaciones una en Montes de Toledo que cuenta con solo 15 individuos y la otra en Andalucía donde la población se encuentra aislada entre sí con un total de 200 individuos. Estas cifras indican que es el felino más amenazado a nivel mundial.
Esta especie habita en los matorrales mediterráneos y los bosques de la península ibérica, mientras que en España habita en zonas bien conservadas y completamente asiladas de la civilización. Las características de este tipo de hábitat le proporcionan pastos abiertos y refugio.
Su alimentación consiste en un 80-90% en la caza y captura de conejos, aunque también se alimenta de pequeños mamíferos, ungulados, anátidas, aves y perdices. La dieta de conejos depende de la época del año y su disponibilidad en el área. Durante el verano el 93% de la presa lo constituye los conejos. Durante los meses de invierno la cifra de conejos disminuye por lo que se alimenta de muflones juveniles y cervatillos.
Los machos pesan 12.8 kg en tanto las hembras son más pequeñas llegando a pesar unos 9,3 kg. A diferencia de otros linces como el lince euroasiático es de tamaño pequeño tanto que pesa aproximadamente la mitad de este. Tiene como rasgo distintivo las orejas puntiagudas terminadas en un pincel rodeados de pelos negros. Otra característica son las patillas ubicadas en las mejillas. Sus patas son largas y la cola corta en el extremo de esta una burla de color negro.
La época de apareamiento tiene lugar entre los meses de enero y febrero. El período de gestación dura alrededor de 65 a 72 días. La hembra de esta especie tiene de 1 a 4 crías.
El lince ibérico se encuentra en peligro crítico de extinción a causa de la caza indiscriminada, los incendios forestales, la mortalidad inducida por el hombre por atropellos con vehículos, instalación de cepos y envenenamiento ilegal.