El Leopardo de Zanzíbar es uno de los animales que se ha negado a ser considerado completamente desaparecido de la faz de la tierra, el cual aunque ya ha sido declarado por diversas organizaciones como extinto en su totalidad, algunos importantes zoólogos del mundo especialistas en felinos insisten en la remota posibilidad de que aún existan algunos ejemplares de esta especie en el bosque Jozani de la Isla de Unguja en el archipiélago de Zanzíbar, actualmente parte de Tanzania, un hábitat natural virgen especialmente preparado a través del Proyecto de Conservación de la Bahía Jozani-Chwaka, el cual aunque fue abandonado a finales de los años 90, sigue siendo visitado constantemente por representantes de organizaciones ambientales en busca de encontrar algunas pruebas de la aún existencia de esta especie.
Un animal injustamente demonizado
Entre las principales razones de la posible extinción de este animal se encuentran las numerosas creencias, mitos y leyendas que sobre él se tejieron a lo largo de la historia, donde pobladores y aldeanos atribuían al Leopardo de Zanzíbar poderes sobrenaturales malignos, y que eran seres enviados por brujos y demonios para acabar con comunidades enteras, lo que produjo una completa demonización de este carnívoro, siendo perseguido incansablemente y asesinado en grandes cantidades ante el temor existente. A este factor se le suma la sangrienta revolución que experimentó la región en 1964, luego de la cual se inició un plan agrícola y pecuario de gran envergadura que ameritó la deforestación de grandes extensiones de terrenos selváticos y boscosos para dedicarlos a la producción de alimentos y a la cría de ganado bovino y caprino, lo que produjo una persecución en caliente de todos los depredadores de la zona ante el temor de que atacaran recurrentemente a sus animales.
Nombre Científico: Panthera pardus adersi.
Nombre Vulgar: Leopardo de Zanzíbar.
Clase: Mammalia.
Orden: Carnívora.
Familia: Felidae.
El Leopardo de Zanzíbar era un depredador nato por naturaleza, aunque presentaba un tamaño un poco más pequeño que los grandes felinos conocidos hoy en día, con un pelaje original de color crema-amarillo y pequeñas manchas alrededor de toda su piel, potentes garras y filosos colmillos propios de su especie con los que acostumbraba a cazar pequeños y medianos mamíferos propios de la región, características perfectamente apreciables en algunos ejemplares que se encuentran disecados en importantes museos del mundo como el de Londres, en los cuales se exhiben como recuerdo silente de una especie que se ha negado a desaparecer definitivamente, y de la cual se tiene esperanzas cifradas de su pronto regreso.