Cada vez resulta más preocupante el caso omiso que hace el hombre ante los graves problemas ambientales que existen actualmente y todo lo que esto trae consigo, sin imaginar el irreparable daño que ocasionan a innumerables e importantes especies encargadas de cumplir una función primordial en sus respectivos ecosistemas. Lastimosamente ante esta falta de conciencia y educación ambiental, los principales afectados solo pueden ser testigos silentes de su inminente desaparición, como es el caso de la conocida Tortuga de los Galápagos, una de las 10 especies de tortugas terrestres del género Chelonoidis que habita comúnmente en 7 de las 13 oceánicas Islas Galápagos.
Estas tortugas son las más grandes que existen en todo el mundo, con un peso que supera los 250 kilogramos en ejemplares adultos y unos increíbles 150 centímetros de longitud, siendo además una de las especies más longevas del planeta con un promedio de vida de más de 100 años, y por si esto fuera poco, su lento metabolismo y sus grandes reservas de agua les permiten mantenerse hasta un año sin ingerir ningún tipo de alimentos ni beber agua. A pesar de todas estas características que la convierten en un maravilloso ser viviente, las Tortugas de los Galápagos se encuentran en la nefasta lista de las especies en mayor peligro de extinción, en vista principalmente a la drástica manera como se ha reducido su población en los últimos 100 años, en virtud principalmente al descubrimiento del exquisito sabor que provee su carne, lo que despertó una salvaje persecución por parte del ser humano, así como la llegada de otras especies animales no autóctonas que degradaron significativamente su hábitat.
Según estudios científicos fidedignos realizados por la Escuela de Ciencia Ambiental y Forestal de la Universidad del Estado de Nueva York (SUNY) y publicados por la revista científica PLOS ONE, La Tortuga de los Galápagos experimentó en la década de los 70 su peor momento, cuando se registraron tan solo 15 ejemplares en estado natural, alarmante cifra al compararla con los más de 100.000 individuos que habitaban este hermoso paraíso a comienzos del siglo XX, pero gracias a los grandes e encomiables esfuerzos de diversas organizaciones mundiales de protección ambiental, se han logrado desarrollar exitosos proyectos de reproducción en cautiverio, logrando tan solo en 2015 la reinserción a su hábitat natural de más de 10.000 ejemplares de Tortuga de los Galápagos, así como la implementación de estrictos proyectos de ley que prohíbe terminantemente la caza y asesinato de este noble y gigante animal, por lo que se espera un importante repunte en el número de ejemplares en futuros estudios.